En 1987 se celebra el homenaje realizado en San Sebastian al gran maestro de la alta costura con motivo del 50 aniversario de al apertura de la casa Balenciaga en París y en 1994 se crea la Asociación
Promotora de la Fundación Cristóbal Balenciaga. Un grupo de entusiastas del modisto de Getaria, liderados por el Alcalde de Getaria, asientan las bases de la cración el 9 de octubre de 1999 de la Fundación "Cristóbal Balenciaga Fundazioa", capaz de constituirse en vehículo de difusión de la obra de este gran genio del arte.
En 1999 comienzan las obras de la rehabilitación del Palacio Aldamar de los Marqueses de Casa Torres y en 2002 comienzan las obras de ampliación del proyecto del Museo.
El 3 de Septiembre de 2010 las instituciones vascas, Gobierno Vasco a través del Departemento de Cultura y Diputación de Gipuzkoa a través del Departamento de Cultura y Euskera, en tran a formar parte de la Fundación, junto con el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Getaria, con objeto de financiar la construcción del edificio e instalaciones del "Museo Cristóbal Balenciaga".
El Museo Balenciaga es un "edificio singular", se ubica en un edificio nuevo anexo al Palacio Aldamar. Este Palacio situado en una colina que corona topográficamente Getaria, fue la antigua residencia de los marqueses de Casa Torre, abuelos de la reina Fabiola de Bélgica y mentores de Balenciaga en sus primeros años de carrera.
La concepción volumétrica y estructural del edificio nuevo que se anexiona al Palacio es obra del arquitecto cubano Julián Argilagos. Se trata de una gran volumetría longitudinal, sinusoidal y de sección trapezoidal, cerrada con muro cortina de vidrio. En el interior tres grandes volúmenes suspendidos albergan las salas de exposiciones.
El tratamiento de los espacios interiores - superficies, materiales, colores y mobiliario -, crean una atmósfera plácida y envolvente, matizando la entrada de luz. El uso del gris oscuro en los parámetros más grandes reduce y hace más humana la percepción de la escala interior del edificio. Los colores brillantes aplicados estratégicamente diferencian los espacios. Los volumenes suspendidos de las salas de exposiciones se revisten de una doble piel acabada con una chapa recortada de estampado floral a gran escala que contribuye a darles profundidad y ligereza.
Cristóbal Balenciaga Eizaguirre nació en Getaria (Gipuzkoa) el 21 de enero de 1895. Se inicia en la costura de la mano de su madre Martina Eizaguirre que trabaja como costurera para importantes familias de la zona entre las que destaca la de los marqueses de Casa Torres. El exquisito gusto de la marquesa y su espléndido guardarropa, adquirido en los mejores establecimiento de París y Londres, introducen al joven Cristóbal en un mundo de refinamiento propio de las élites culturales europeas. En 1907 se traslada a San Sebastián e inicia su período de aprendizaje como sastre en algunos de los mejores establecimientos del momento como Casa Gómez y New England. En 1911 comienza a trabajar en los Grandes Almacenes Au Louvre de San Sebastián y en sólo dos años es nombrado jefe de taller de confecciones para señora. Su trabajo en Au Louvre le proporciona la oportunidad de conocer París y las grandes casas de costura de la capital internacional de la moda. En 1914 se traslada a Burdeos donde trabaja en una conocida casa de modas propiedad de unos amigos.
Cristóbal Balenciaga está unanimamente considerado como uno de los más destacados e influyentes modistos del siglo XX. Perfeccionista incansable, adquirió dominio absoluto de las técnicas y dedicó su vida a depurar la construcción de creaciones, introduciendo extraordinarias innovaciones que le permitieron evolucionar hacia una mayor simplicidad y pureza de formas. Su excepcional genio creativo le inspiró a la hora de concebir modelos de gran audacia formal y estética que impactaron al mundo y se convirtieron en incuestionable tendencia temporada tras temporada. Su dominio del oficio le valió el respeto de sus colegas y reinó en la alta costura internacional de manera incuestionable hasta su retiro en 1968.
Los años de trayectoria profesional de Balenciaga, coincidieron con una época apasionante de la moda. Nacido en 1985, conoció los últimos retazos de la encorsetada y fastuosa costura del siglo XIX, vivió con intensidad la incipiente liberación de la mujer tras la Primera Guerra Mundial e interpretó como nadie lo que su nuevo modo de vida requería. Críticos y clientas se rindieron por igual ante la sutil funcionalidad de los trajes sastre, la cómoda fantasía de los vestidos de cóctel y la exquisita audacia de los trajes de noche que, en este orden, se presentaban en los desfiles de los salones. El vestido de novia constituía un magnífico ejemplo del estilo y el espíritu que impregnaban los modelos de cada colección.
La exposición del "Critóbal Balenciaga Museoa" aspira a convertirse en el desfile de la mejor obra de Cristóbal Balenciaga y proporcionar las claves de su éxito y su aportación a la historia de la moda.
La exposición muestra una cuidada selección de 72 piezas que explora la vida y obra del modisto, desde sus inicios hasta las últimas creaciones. La muestra se divide en seis salas distribuidas en base a criterios que se concretan en Comienzos, Día, Cóctel, Noche, Novias y Balenciaga Esencial. La exposición termina con una sala dedicada a lo más destacado de la creaqción del modisto ya sea desde el punto de vista técnico como por las influencias que marcaron sus diseños a lo largo de su trayectoria profesional.
Las rigurosas condiciones que exige la correcta conservación de la colección hace necesaria la rotación controlada de las piezas que se muestran en la exposición permanente. Esta se realiza regularmente tras períodos de 6/12 meses de exposición, otorgando así dinamismo a la muestra y huyendo del carácter estático que caracteriza a las exposiciones permanentes clásicas.
La colección del "Cristóbal Balenciaga Museoa" consta aproximadamente de unas 1200 piezas y constituye no solo la mayor colección de Balenciaga en el mundo, sino la de mayor relevancia tanto por su amplia extensión cronológica como por la calidad de las piezas que la componen. Su importancia la sitúa en un lugar privilegiado entre las colecciones de moda a nivel internacional.